La mejor selección de novela negra de Juan Gómez-Jurado

Juan Gómez-Jurado - Fuente

Ha sido para mi, uno de los mayores descubrimientos junto con el gran Gellida. Juan Gomez-Jurado, periodista de profesión y escritor de vocación, nos plantea, en su última novela, un thriller marcado por la espontaneidad y originalidad propia de la novela negra española de la última década; destacando a su protagonista femenina, Antonia Scott, como la nueva Lisbeth Salander del suspense de nuestro país.

Antonia Scott


¿Es la protagonista un cliché? ¡Por supuesto que no! Es un ser humano, bueno, una super-humana, en realidad, porque sus síntomas los sientes en ti, como sus pensamientos, sus miedos, sus demonios, sus tres minutos de ardua reflexión y los únicos del día.

Cuidado con la inmersión porque será demasiado profunda.

En especial, Antonia destaca por lo que no destaca nadie, una mezcla de brillantez y sublimación. Esa, en la que la materia pasa de estado sólido a gaseoso en centésimas de segundo, atrayendo al lector a su mundo más personal, comprendiéndola, odiándola por veces pero, sobre todo, empatizando. Gómez-Jurado nos describe a una persona real. Una entre 5.000.000, pero real en sí misma.

Jon Gutiérrez

¿Y esto va de personajes? Pues no.

No voy a describir todos pero, cuando finalices de leer la novela serán los dos únicos que te van a interesar, después del Shock, por supuesto. No es un giro narrativo, es una patada en el cerebro.

¿Qué más os puedo contar de Jon? Otro personaje real, más común, más humano, más cercano. Más cercano que un asesino en serie, desde luego, pero cercano al fin y al cabo. Lo que destaca es su amor por la comida y las escaleras. Su desfachatez de abandonar a las primeras de cambio y de implicarse cuando la situación lo requiere. Así es Jon. Un Jon de la vida.

¿Y la novela?

Es mejor que la patada en el cerebro te la lleves ahora mismo. Porque la siguiente que vas a recibir será menos dolorosa, no por la patada, sino la palabra "Fin", que leerás en esta novela cuando la termines. O incluso puede que te quedes alelad@ viendo la contraportada, en estado vegetativo.

Es la mejor novela negra, junto con Todo lo mejor, que puedes leer hasta este momento, salvo que los dos gigantes del género se pongan a aporrear los botones del teclado de su...lo que sea que tengan entre manos.

Reina Roja es un antes, un durante y un después. No hay un giro argumental que anime a la lectura. Es un giro argumental en sí misma, valga la redundancia. Una explosión en forma de pierna apuntando a la cabeza a cámara lenta, pero con capítulos cortos que saben enganchar y amarrarte bien para que tengas ojeras.

Es una maravilla literaria, sacada de la manga con un tono rojo. Rojo sangre. Rojo de vitalidad y de anarquía porque no sigue una línea clara, la dispersión concéntrica que explota, literalmente.

La documentación es soberbia, el estilo es ágil, tanto que tus ojos serán más rápidos que la lectura. Querrás hacer trampas, pero no avances páginas, lee, aprende del maestro.

Por sugerencia del autor, he conseguido decir mucho sin contar nada.



Si con Reina Roja se vivía un ambiente opresivo, con El paciente se vive un ambiente a toda pastilla y a contrarreloj. Nuestro autor más internacional nos da una lección de vida y supervivencia a tres bandas (médico, paciente y secuestrada) para iniciarnos (o continuar) en el camino de la novela negra española.

Rigor y veracidad

Teniendo a un marido como médico, no es de extrañar que todas aquellas consultas que le hice a modo "¿Es esto cierto?", fuesen todas con resultado positivo. Incluyendo aquella búsqueda esporádica en la wikipedia.

Juan Gómez-Jurado firma una obra magna acerca de la vida y la persecución de la misma, mostrando el lado más humano y visceral al que puede llevar a un médico al límite de sus capacidades y de sentimientos.

Resulta conmovedor el conocimiento y proceso de saltarse los protocolos médicos porque los valores morales priman sobre los gastos médicos del hospital, jugándose el protagonista su prestigio.

El autor americaniza una novela con todo su haber. Americaniza el prestigio, americaniza la competencia y americaniza la tensión conjugando el libre albedrío de David Evans en favor de su secuestrador vital, El señor White.

Contrarreloj

La inmersión de la novela es total desde el instante que inicias el cronómetro de la cuenta atrás en paralelo con el protagonista, batiendo el récord mundial de apnea al no poder respirar hasta pasar a la siguiente página o al siguiente capítulo.

Desesperados, querremos hacer trampas, como los niños pequeños, por saber en las páginas posteriores si conseguirá o no el Santo Grial de sus objetivos, sean cuales sean (no voy a spoilear, ejem).

Gómez-Jurado, el sinvergüenza que fomenta el ojerismo en nuestro país, sale indemne de esta maravilla literaria y menos conocida que batiburrillos novelescos que circulan al otro lado del charco.

Los capítulos, demasiado cortos para mi gusto, ayudan a coger aire, de nuevo, para seguir con la apnea y la intriga que despierta esta historia tejida a dos bandas: David Evans en su ímpetu moral y su cuñada con el ímpetu de salvar una vida.

Ambos, suman en común el mismo objetivo, salvar dos vidas. Ninguna más importante que la otra.



Si digo que esta última novela de la presente selección es la mejor, es porque es una historia sencilla, en un principio, que se expande a unos derroteros de novela madura, sucinta en algunos puntos y engordada de veracidad de unos hechos desgarradores.

El conflicto bélico soviético en Afganistán

Este punto es relevante porque es la parte que afila el cuchillo, que entrena a un arma mortífera para saciar su venganza. El querer reencarnar el daño de una cicatriz en la mejilla a la aniquilación de todo un negocio multimillonario en EE.UU.

El afgano, con su propia historia a cuestas y expuesta de forma tan rigurosa y desgarradora en esta novela, junto con sus demonios, y su mono en el hombro, es la piedra que afilará la cuchilla. La que entrenará su obra maestra de aniquilación.

La trata de blancas desde Ukrania

El encendido de la mecha sucede por puro egoísmo en el seno de un núcleo de jóvenes que anhelan cambiar de vida a costa de otras vidas. EE.UU es la luz de su faro de Alejandría. 

Boris Moglievich, cartero de profesión y asesino de vocación, encenderá el cartucho de TNT que sembrará una ristra de cadáveres a su paso y desembocará en el escenario idílico de la mafiya alzándose en el escalafón superior equilibrando ambiciones y sed de poder.


La revolución en identificación de imágenes

Toda historia de suspense, al estilo David Baldacci con el visto bueno de éste por Bill Clinton, debe tener sus códigos como motor de un hilo argumental, así como el más enigmático de ellos: El código del honor, el código de Irina.

La ambición sin límites de Tom, desencadena una muerte apresurada cuando se encuentra con los dos apartados anteriores para redimir, de alguna manera, las limitaciones de Simon Sax. 

Su mejor amigo, sorprendido por los nuevos derroteros de la vida de Simon al contactar en una página de citas de la Europa del Este con una pelirroja, cree averigüar lo que se cierne sobre su amigo.

Trío de reinas

Julia Evans, Antonia Scott e Irina Badia, son las tres protagonistas de las tres novelas que hemos reseñado. Es interesante cómo el autor las dota de una gran personalidad para ser el hilo de una trama de por sí compleja, que mueve cada uno de los elementos narrativos para centrar la atención en ellas. Cada una de ellas con su pasado, su pena y su motivación para seguir viviendo y luchando. Todo ello edulcorado con una agilidad en la prosa que dan ganas de devorar los cortos capítulos en dos tardes o una noche. 

El escritor, y creador de ojeras, deja su sello personal en Cicatriz, creando un imperio argumental a partir de un solo hilo, aparentemente sencillo.


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