Falcó de Arturo Pérez-Reverte

Si se puede mencionar alguna novela ambientada en la Guerra Civil y sientas que estás en la Guerra Civil, es esta. Por lo menos en el ámbito literario al que se refiere.

El toque de novela de espías o, mejor dicho, agente doble, es magnífico, recreando las dos facciones predominantes hasta el punto de esclarecer ciertos puntos que quedan oscuros para el que no se haya adentrado en esta contienda bélica novelesca.

Veracidad y rigor


El punto más destacado es la ambientación y el esclarecimiento de todos los tejemanejes de ambos bandos. El nacional y el republicano. Explicando el autor que sub-facciones hay en los mismos como puntos importantes para entender la trama en que se desarrolla y el ambiente de carnicería que se ha vivido. 

Los personajes de la época, sin desmerecer el estilo del autor, tienen un desarrollo demasiado rancio, simple, chulesco, a cada cual en su estilo. El único que evoluciona es Falcó, que pasa de ser un hombre sin escrúpulos a tener alguno menos. Chulo de putas, es el nombre real de Falcó, y mujeres de virtud fácil predominaban en ambos bandos. Qué tendrá Falcó para que todas se bajen las bragas...

Los malos malosos de la novela tienen una característica en común: conversaciones intensas y escuetas. Los personajes secundarios: con valores y conversaciones más escuetas; y la voz en Off es la que más habla en la novela.

Lo destacable es el olor a tensión, a guerra, a una falta total de miramientos a la hora de fusilar. Sin juicio demostrable previo, ya que Reverte no se molesta en adentrarse en este mundillo judicial.

Falcó

Pero la pregunta es, ¿por qué me ha gustado, en realidad? 

Porque la prosa es ágil, fresca, en presente (difícil de escribir en ese tiempo verbal); las páginas se devoran a toda velocidad y la trama, lejos de ser empalagosa o lenta, es cercana a la velocidad de la luz, pero incidiendo demasiado en cosas tan prosaicas como el sexo, cada vez que ocurre. Ya sabemos, Sr Reverte, que es fácil caer en esta clase de recreaciones, pero hay otras que se echan de menos, como por ejemplo en el ámbito histórico, los juicios previos o lo que le pasó de verdad a Jose Antonio Primo de Rivera.

Sí, ese arte del protagonista que cualquier femme fatale queda absorta por el homme fatale y se muestran ávidas por enseñar la poca virtud que tienen. Incluso en la España católica de las novenas, los rosarios y el recatamiento nacional.

La historia en sí es la de siempre, la de los dobles sentidos y la de los engaños. Con su giro argumental de pacotilla al final pero que no se espera, por supuesto. Reverte tiene el arte de escribir pero no el de asombrar, con lo cual, en lugar de una sorpresa, es más un alzamiento de cejas.

Veremos como se tercia la segunda parte.

Comentarios

  1. Puff. Voy a esperar a que te leas la trilogía para ver cómo termina porque no me termina de convencer.

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    1. Descuida. En la tercera entrega sumaré la opinión de las tres obras y seré más parcialista. O merecerá la pena o no. Prometido!

      Beso!

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