Una habitación propia; las claves para escribir la novela perfecta.


"una mujer debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir novelas"
Esta sentencia la hallamos en las primeras páginas de este clásico del feminismo al que da título. La autora, quizás la novelista más importante del periodo de entreguerras, por no decir del siglo XX, escribió este ensayo  basado en varias conferencias que realizó sobre "la novela y la mujer". Más que un ensayo, es un manifiesto -feminista- en toda regla. De hecho la mayoría de reseñas que se encuentran en internet o en los libros, webs, o revistas sobre feminismo que hablan sobre Una habitación propia no se fijan ni en la prosa, ni la agilidad de su lectura, o en la forma tan característica que tenía V. Woolf de redactar, sino en sus reivindicaciones, que no son pocas, y la mayoría, siguen estando hoy aún vigentes  casi noventa años después de su publicación.

"Quizás ahora la mujer está empezando a utilizar la escritura como un arte, no como un medio de auto-expresión"


Virginia Woolf denuncia abiertamente y con una prosa exquisita (no olvidemos que reinventó la literatura inglesa) la situación de la mujer a lo largo de los siglos y en su actualidad (la de 1928), muchas son fácilmente aplicables a nuestra actualidad. Una de ellas es la pobreza de la mujer, y la forma en la que el patriarcado dirige el mundo. De hecho, con insinuaciones, acusaciones, referencias y un sin fin de pruebas nos demuestra que la mano larga del patriarcado llega hasta nuestra propia mente.  En definitiva nos hace ver que el mundo está hecho a imagen y semejanza de los hombres. 

Aunque sé que es una obra referente del feminismo por tratar abiertamente el lesbianismo, por hablarnos de Judith Shakespeare (si quieres saber de ella lo mejor es que leas el libro), por reivindicar el derecho de la mujer a la educación, muy presente durante todo el libro,  y el derecho a la mujer como ser libre, ya que como expone en el libro (hacía 9 años sólo del derecho al voto de la mujer en Inglaterra), la mujer seguía siendo presa de su hogar, siendo muy mal vista por la sociedad por ejemplo una mujer independiente y soltera  (aún hoy en día si me apuras...).


No, no voy hablaros de las cuatro Marys, ni de Judith, ni de la lección que le da a Marguerite Radclyffe de cómo hablar de lesbianismo sin que se note, 
para eso os leeis un resumen. Yo lo que quiero, es que después de leer la reseña os leáis el libro, me da igual si lo hacéis en el Kindle o en físico. Virginia no pasó a la historia solamente por ser feminista, o por ser una mujer escribiendo a principios del siglo XX, que también, pero recordemos que el movimiento la feminista rescató, y este libro en particular, en la década de los 70. 


Virginia Woolf en 1939
Hoy quiero hacerle un homenaje a Virginia Woolf. Quiero hacerle un homenaje a los ovarios que le echó al escribir sin tapujos, un homenaje a su forma de contar la visión femenina del mundo, un homenaje a su prosa, un homenaje por hablarnos de la mente y sus malas pasadas  y a su forma de hacernos viajar con ella, con la mente, haciendo que nos veamos a nosotras mismas pisando el césped de Oxbridge mientras el bedel nos llama la atención. Virginia Woolf reinventó la literatura inglesa y eso es un hecho innegable. Judith Shakespeare vivió en ella, como vive en nosotras.  Ha convertido la escritura en arte. Cuándo leemos Una habitación propia no tenemos la impresión de que nos encontramos ante un ensayo o ante un conjunto de conferencias, no chicas no, nos hace sentir que tenemos a Woolf frente a frente contándonos una historia, o varias. Que nos está narrando una serie de anécdotas mientras tomamos café. 

Virginia Woolf nos habla sobre la novela y la mujer, y mientras nos habla reflexiona. Sus reflexiones  nos dicen que se necesitan más libros escritos por mujeres. Y que primero las mujeres necesitamos un espacio propio para poder escribir, pues no siempre esto es posible, pues muchas veces escribimos desde una sala común interrumpiendo nuestra escritura en numerosas ocasiones y segundo tener dinero, porque no se puede escribir sin tranquilidad, libertad y paz. También nos dice que debemos escribir como lo haría una mujer si escribiera una mujer, es decir, sin la mirada del hombre, de manera abierta hacía el mundo, como nosotras sentimos, sin auto-censurarnos, con seguridad y brevedad, sacando a la superficie nuestros sentimientos y haciendo caso omiso de aquellos que nos quieran frenar. Titubea o da un traspié y será el fin



Si lo pretendía o no es algo que ignoro, aunque estoy segura de que sí, ya que nos insiste, a nosotras, las mujeres, en que escribamos, pero Virginia Woolf nos da las claves para escribir la novela perfecta y sobrevivir a ello, al proceso de escritura. 


"Lo que importa es que escribáis lo que deseáis escribir; y nadie puede decir si importará mucho tiempo o unas horas"





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