Los hombres me explican cosas. Se acabó el silencio.

Apenas bastaron las dos primeras páginas del capítulo primero de Los hombres me explican cosas de Rebecca Solnit para que me viese reflejada en ellas como en el espejo del cuarto de baño en una mañana de resaca.


El libro comienza con una anécdota muy graciosa pero con un trasfondo horrible; la condena del silencio.


Las mujeres hemos vivido silenciadas durante mucho, mucho, mucho tiempo, tanto tiempo como el que que tiene la historia (y la prehistoria). Muchas aún siguen silenciadas.

A lo largo de 139 páginas -sin contar los agradecimientos-, Rebecca nos desgrana las terribles consecuencias de este silencio. Porque sí y cito textualmente;

 "los hombres nos explican cosas, a mí y a todas las mujeres, independientemente de que sepan o no de lo que están hablando. Algunos hombres" .

A pesar de que, como bien explica la autora, Los hombres me explican cosas nace de una anécdota, de una cena, en la que entre risas se habla de escribir esa anécdota, poco a poco se va desgranando una terrible realidad.  Y es por eso que los hombres (algunos) nos interrumpen para contarnos o explicarnos algo que ya sabemos, porque, a su modo de ver, las mujeres no podemos explicar cosas.

¿Y por qué nosotras, las mujeres, la otra mitad de la población, no podemos explicar cosas? ¿Por qué estamos condenadas al silencio? ¿Por Eva? ¿Por Pandora? ¿Por Cassandra?

Después de la publicación de un blog, y de varios ensayos que se reúnen en este libro, a la autora se le atribuyó el término mansplaining (aunque ella no se vea como creadora del término) y como Solnit nos recuerda en su obra, al feminismo hay que agradecerle la creación de nuevos términos, de nuevas expresiones y definiciones, para poder dar voz a una mitad silenciada. Las palabras y el lenguaje tienen más importancia de lo que a priori pueda parecer.
Definiciones o expresiones como violencia de género, acoso sexual, o cultura de la violación, se las debemos al feminismo.

Sí de todo esto y más se habla en este libro de la activista norteamericana. Solnit no se deja nada en el tintero. Poco a poco nos va dando su visión de un mundo, que no pierde la esperanza de que algún día cambie.

A lo largo de nueve capítulos nos habla de injusticia, de miedo, de desigualdad, de riqueza y pobreza y de un mundo enfermo que se ha construido bajo los designios del capitalismo patriarcal. Recordemos que el patriarcado se ha construido eliminando a las mujeres, silenciándonos,  excluyéndonos.

Nos hace ver (aunque muchas mujeres ya lo habrán visto hace tiempo, como una servidora) que una de las horribles características de la masculinidad es la violencia. Y es esta violencia la que produce las abrumadoras estadísticas que Solnit nos plasma en su libro.

Estadísticas que hablan de violación, de asesinatos, de abusos sexuales, de agresiones de todo tipo, cometidas de hombres hacia mujeres y que como nosotras las mujeres no tenemos nada que contar, ninguna cosa que explicar, no se habla de ellas. 60.000 mujeres al año en el mundo asesinadas a manos de sus parejas, amantes, ex maridos... es una cifra más que alarmante.

Las cifras de violencia de género que se manejan en el capítulo 2, La guerra más larga, reflejan una realidad silenciada. No solo en EE.UU. (de dónde es la autora), en España también deberíamos ser conscientes de que es un problema social. Es terrorismo.

Los hombres me explican cosas habla de la superioridad que el hombre cree tener sobre la mujer, de como se ve con derecho a poseer nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestra libertad, en definitiva se cree con derecho a controlarnos. Habla de que cuando una de nosotras decide alzar su voz y denunciar que nuestros cuerpos son eso, nuestros, somos atacadas, desprestigiadas, tratadas de locas o histéricas, como nos recuerda la autora, histeria significa útero en griego

En su ensayo nos habla de cómo la prensa invirtió todo su esfuerzo en desprestigiar a la primera mujer que denunció acoso sexual en su puesto de trabajo. Pero también nos recuerda que fue una camarera de hotel quién hizo tambalearse la carrera del director del FMI, y con ello aprovecha para recordarnos que estos mismos depredadores sexuales, que están en el poder y dirigen órganos de gobierno, grandes empresas, bancos, etc, actúan en sus políticas igual que en su trato con las mujeres: abusando y violando, y que sean cuerpos o derechos les da lo mismo.


Oleo sobre lienzo de la serie "TELARAÑA"
de María Teresa Fernández - Fuente
También nos habla del matrimonio pues, hasta hace poco, era un contrato en el que una mujer pasaba a ser propiedad de un hombre, y el por qué el matrimonio homosexual es una amenaza para estos hombres que siguen anclados en los valores tradicionales, pues la tradición dice que la mujer está subordinada a los deseos del hombre.  Los hogares han sido (y aún son) la cárcel de muchas mujeres. Para ello utiliza como metáfora uno de los cuadros de la pintora María Teresa Fernández, que sirve como portada al capítulo 5.

Por eso, quizás, nos habla de la oscuridad de Woolf como salida, y comienza con ello el capítulo seis, con una cita de sus diarios:

"El futuro es oscuro, que es, en general, lo mejor que el futuro puede ser, creo". 


Y es que la oscuridad, no tiene que ser mala en sí. Pues lo oscuro es lo desconocido, y lo que hasta ahora conocemos las mujeres es la opresión, de manera que en contraposición a lo conocido, para nosotras es la libertad.


Y es en definitiva la libertad de la mujer lo que busca el feminismo, porque aunque haya libertad sobre el papel, la realidad es muy distinta.

Seguimos siendo cuestionadas cada vez que denunciamos un abuso, una agresión, una violación. Parece que a esos hombres que nos explican cosas les da miedo que el feminismo re-dibuje el mundo. Un mundo que sin duda tendría mucho más color. Las mujeres hemos estado en todas las revoluciones que han mejorado la vida, hemos estado en la lucha por la abolición de la esclavitud, hemos luchado por la igualdad entre clases, pero pocas veces hemos recibido reconocimiento por ello.

Es hora de que nosotras seamos las que expliquemos las cosas.



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